20. Como Arzobispo, me comprometo yo mismo junto con los departamentos de la arquidiócesis a apoyar a mis hermanos sacerdotes, diáconos, así como a sus colaboradores laicos, presentando la integridad de la enseñanza de la Iglesia sobre el amor conyugal y la planificación familiar. Debo tanto al clero de nuestra Iglesia local y su equipo —especialmente a los muchos catequistas parroquiales— muchas gracias por el buen trabajo que han realizado en esta área. Es mi intención asegurar que cursos sobre el amor conyugal y la planificación familiar sean asequibles de manera regular a más y más personas de la arquidiócesis, y que nuestros sacerdotes y diáconos reciban una más extensa educación en los aspectos teológicos y pastorales de estas materias. Pido de manera particular a nuestras Departamentos de Evangelización y Catequesis; Matrimonio y Vida Familiar; Escuelas Católicas; Ministerios con Jóvenes, Adultos Jóvenes y Universitarios;; y Rito de Iniciación Cristiana para Adultos, desarrollar maneras concretas para presentar mejor a nuestra gente la enseñanza de la Iglesia sobre el amor matrimonial, así como requerir mayor instrucción sobre la planificación familiar natural como parte de todo programa de preparación matrimonial en la arquidiócesis.